Entro a un baño nuevo para mi cuerpo siempre que puedo o necesito de
urgencia.
La situación cada vez es distinta, por supuesto.
Paso al baño en bares, boliches, recitales, casas abandonadas, de vecinos
con las excusa de que se me rompió alguna cañería en el mío, en plazas me
invento un baño, en calles de otros barrios veo mingitorios en los árboles.
En mi baño es extraño, solo uso el bidet. El resto de las cosas están
prolijamente cubiertas con celofán, inclusive el suelo de cerámica negro y
el techo pintado de blanco. Sólo el bidet como una prolongación de mi vida.
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